La distimia es un trastorno afectivo de carácter depresivo crónico, caracterizado por la aparición de un estado de ánimo melancólico, triste y apesadumbrado y casi permanente baja autoestima .
Pese a ello, los síntomas no cumplen completamente con todos los patrones de diagnóstico para la depresión.
Esta afección la padecen entre un 3 y un 5 % de la población. Su etiología es compleja y multifactorial, dados los variados mecanismos biológicos, psicológicos y sociales involucrados. En su desarrollo influirían factores psicosociales como la falta de estímulos ,el desarraigo y reconocimientos en la infancia, entre otras causas.
En la última edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) la distimia se ha modificado por Trastorno Depresivo Persistente.
Síntomas de la distimia
El principal síntoma es el estado de ánimo distímico persistente casi todos los días a lo largo de al menos dos años.
Otros síntomas secundarios que aparecen con frecuencia en este padecimiento:
• Trastornos alimentarios: ingesta compulsiva o inapetencia .
• Trastornos del sueño: insomnio (se despierta varias veces) o hipersomnia
• Sensación de déficit de energía vital (astenia), fatiga continua, cansancio injustificado,
• Trastornos de la de capacidad de concentración y de la memoria .
• Baja autoestima, sentimiento de desesperanza, pesimismo, sentimiento de incapacidad e inferioridad,
• Incapacidad para la toma de decisiones
Diagnóstico y tratamiento de la distimia
La distimia se diagnostica en la presencia del síntoma principal con alguno de los secundarios de forma persistente y estable. No obstante, los pacientes experimentan variaciones a lo largo del tiempo en la intensidad de la sintomatología.
Sin tratamiento, la distimia suele evolucionar a una depresión más grave, pues se trata de una patología con tendencia a la cronicidad y con una recuperación incompleta.
Lo más frecuente es que el tratamiento (psicoterapéutico y psicofarmacológico) mejore significativamente la sintomatología clínica. El tratamiento más eficaz es la combinación de fármacos antidepresivos con psicoterapia de orientación psicodinámica, cognitivo-conductual, interpersonal, etc.